En muchas talleres en China intenta prescindir de este pequeño paso, sin embargo, lo queremos conservar porque es un comienzo interesante que nos ayuda a enfocar la concentración y regular la respiración. Además, el olor que emite la tinta tiene un efecto calmante que nos comunica con nuestro mundo interior.
Se aplica agua normal de grifo. La colocamos en el auge de la laja de tinta. Cogemos la barra de tinta y traemos un poco de agua claro a la parta llana de la lata y empezamos a flexionar la barra contra la parta llana. Veremos que el agua se tiñe de color negro. Agua negro se caerá y eñirá el resto de agua también. Intentamos que toda la solución tiene la misma concentración mezclándola cuidadosamente sin echar la fuera de la laja.
Seguimos el mismo movimiento hasta que vemos que la tinta en su conjunto se queda más espesa. Una buena forma de examinar es que cuando apretamos la barra contra la llama, la tinta entre medio se queda algo levantado.
La tinta no debe ser demasiada espesa ni clara. Cuando es demasiada espesa, a aplicarla sobre papel, se no arrugará por donde pasa. Cuando es demasiada clara, el color no es ideal estéticamente.
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